Un 27 de Julio del 2000, los dedos separados de nuestras manos se juntaron y formaron un puño, y una voz exclamo ¡LIBERTAD! Fue la de voz del pueblo, ¡Libertad! Exclamo el Antisuyo, ¡Libertad! Grito el Contisuyo, ¡Libertad! Repitió el Chinchaysuyo y ¡Libertad! El Collasuyo. La costa, los andes, la amazonia y el Perú estremecieron, eran la voz de todas las voces, que demandaba liberación de la dictadura, de la corrupción del gobierno del corrupto Fujimori, fueron los días 27, 28 y 29 de Julio del 2000, la bandera de los 4 suyos flameó, en ella, el sol resplandeció y las calles principales de lima se llenaron de lagrima y sangre, era La Marcha de los 4 Suyos.
Alejandro Toledo interpreto con fidelidad el sentimiento del pueblo peruano democrático y anti dictatorial, su hartazgo, su ira, sus ganas de luchar y luchó con consecuencia al lado del pueblo, encabezando la protesta por recuperar la democracia y el estado de derecho conculcado por la dictadura. Desde todos los rincones de la patria llegaron hombres y mujeres que se identificaron con Alejandro Toledo y con esta gesta heroica en defensa del Perú.
Hoy a 9 años de este acto cívico queremos rendir un homenaje a los hermanos y hermanas; hombre y mujeres del campo y de la ciudad quienes protestaron en cumplimiento de un deber sagrado de la patria estipulado en la Constitución Política del estado peruano: la defensa de la constitución, las leyes y el ordenamiento jurídico. Retroceder nunca rendirse jamás” fue nuestra consigna, a pesar de tantos atropellos al pueblo, nunca retrocedimos. Dejamos todo en las calles,, estuvimos ahí tragando solo gases para recuperar la democracia y contra todas las dificultades y carencias, nunca claudicaste, un saludo a ti hermano y hermana; joven, a los caídos en el Banco de la Nación, a los heridos, a todos gracias por luchar y devolvernos la ¡LIBERTAD!.
Los que fuimos parte de esa historia, somos héroes anónimos, que luchamos en las calles, por defender no sólo los derechos del pueblo, sino principalmente por cumplir un deber cívico ciudadano en defensa de las libertades populares. Con nuestros actos dejamos impregnado en la historia peruana esa fuerza, esa voluntad del pueblo peruano a la cabeza del Dr. Alejandro Toledo. La historia ha de reconocer al líder y al partido político que apostaron por un cambio de rumbo en la vida política nacional, enfrentándose ante la adversidad, ante el poder absoluto del hoy juzgado Fujimori y sus secuaces, esta victoria no pudo ser posible sin el apoyo del pueblo que por primera vez en la historia del Perú, los peruanos olvidaron sus diferencial políticas para luchar contra la mafia e instaurar un gobierno democrático.